Miradas por Luis Ventura
La
ley es igual para todos, porque así debe ser aunque algunos haciendo
ostentaciones de laureles ajenos aprovechan la fama prestada para
sacarle chapa al apellido o a la imagen del familiar famoso con que
chapean, dejando la sensación de un poder y una solvencia que en el
fondo termina siendo miserable y paupérrima.
Este
es el caso de los Nannis, que no son lo mismo que los Caniggia aunque
parezca mentira e inexplicable. Porque una cosa es la ambición desmedida
de Mariana que no mide consecuencias, que le resbalan los papelones,
que trata de sacar dinero de las piedras aún caminando en la cornisa del
ilícito todo el tiempo. Ella suele pedir cachets por un autógrafo, por
una fotografía junto a ella o alguno de sus hijos o canjea cirugías,
hotelería, zapatos, ropa o servicios por menciones, cartones o
publicidades encubiertas a cambio simpatías, ponderaciones o destaques
televisivos, radiales o gráficos.
Ese
es el mundo de Mariana que llegó al Río de la Plata, a la misma región
que se cansó de maltratar, a la misma gente que trató de indiada, para
mostrarnos un cortejo de personajes periféricos que no hicieron más que
regar de escándalos sus estadías en el sofisticado hotel de Alan Faena.
Allí fue donde uno de integrantes de ese grupo de Mariana, donde no
faltaron los patovicas y los custodios musculosos y motorizados,
denunció tibiamente la desaparición de 300.000 dólares jamás declarados a
su ingreso a la Argentina en lo que se ha tornado una confusa maniobra
sobre la que está investigando la Afip.
A
tal punto que salió un comunicado de citación para que aclare el
episodio Mariana Nannis, envuelta una vez más, y van cuántas... el
ingreso y la desaparición de los miles de dólares que son tan observados
para cualquier ciudadano común, y no para esta buena señora que ahora
deberá rendir cuentas, cuando no se la pudo ubicar la semana pasada en
el propio Hotel Faena, para que explique lo que tanto le costará.
Y
ya que estamos en dicho lugar, sólo habría que preguntar cómo son las
cuentas en rojo que dejó esta buena señora con ínfulas de gran princesa,
que en definitiva termina colgada de una situación económica más que
compleja, debido a que todo lo que desarrolla, más allá de las pieles y
los cueros, las sedas y las alhajas, la realidad es que todo termina
siendo cuentos del tío, que cada vez les cuesta más vender y lo que es
peor, sorprender.
Pero
eso, ojalá que no opaque el cariño y el buen recuerdo deportivo que
siempre nos despierta el "Pájaro" Caniggia, una persona que poco o nada,
salvo sus hijos, tiene que ver con quien dice seguir siendo su mujer.
Siguen juntos, a pesar de la cámara oculta que le hicieron a ella
hablando pestes de él, pero no unidos. Chau, hasta el próximo Sábado...
Show.
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